Con pasión y
furor se alzó la gran pantalla del cine
de Iberoamérica. Verlo y creerlo fue gracias a la recientemente entrega de los Premios Platinum al
Cine Iberoamericano en Punta del Este, Uruguay.
En momentos cuando no sabemos el giro
del continente, cuando Argentina y Brasil tienen una implosión histórica
y la misma España-que guste o no es la madre patria y su cordón umbilical idiomático difícilmente se cortará- atraviesa
una crisis política después de décadas del bipartidismo PSOE-PP, fue
esperanzador saber de estos premios al quehacer cinematográfico nuestro.
Como espectáculo
fue sobrio. Nada envidia de las producciones que anualmente realiza la Academia de Ciencias y Artes
del Cine de Hollywood. Un evento que
tiene múltiples lecturas.
En esta tercera
edición la presencia y fuerza indígena se hizo sentir. Guatemala tuvo la nominación a
mejor película de ficción con Ixcanul,
que según su director, Jayro Bustamante fue una experiencia no sólo
cinematográfica sino también comunitaria. Rigoberta Menchú, premio Nobel de la
Paz, estuvo presente en la ceremonia de
premiación. El premio al mejor documental fue para El Botón de Nácar
del chileno Patricio Guzmán (un cineasta que es un capítulo obligado en la
historia del cine latinoamericano) y para terminar la gran ganadora fue la
coproducción colombo-argentina-venezolana El Abrazo de la
Serpiente, cuya música fue compuesta por el
venezolano Nascuy Linares. Este al
recibir el premio a la mejor música
original agradeció al maestro José Antonio Abreu y al Sistema de Orquestas y
Coros Juveniles e Infantiles de Venezuela
por el aliento y la huella que ha dejado.
Nuestras
cinematografías se han sostenido en el tiempo con un aliento contra viento y
marea. Los festivales de Cartagena y La Habana también han sido vitrinas
importantes para que en la segunda mitad del siglo XX fueran espacios propios
para mirarnos. Hoy, ese territorio de la
libertad que es la imagen audiovisual del cine y su posibilidad digital en las multipantallas,
infla de nuevos aires a la industria, al arte y también a las comunidades tan
diversas y extensas como el continente,
aunque el tiempo sigue anunciando tempestades en la economía, la política y la
sociedad...
Alfredo Tamayo Alvarez
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